Novela histórica que se sitúa en el ocaso de los Condotieros, en el fin de la caballería y el auge de la guerra moderna. La acción se desarrolla en una Italia convulsionada por los enfrentamientos entre Carlos VIII, el Papa Borgia, el Gran Capitán y todas las familias italianas.

Con estos elementos de partida Scurati fracasa al componer un fresco histórico, una reflexión sobre la guerra y el fin de la caballería.

Si bien logra, de algún modo, reflejar lo que pudo sentir un caballero ante las hordas de piqueros y arcabuceros, un sacrilegio frente a lo que era una especie de hermandad de la espada, la acción se le va yendo de las manos. La historia se fragmenta con bruscos saltos temporales, lugares comunes –la perversión de Lucrecia Borgia- y con la inclusión de una especie de secta luddita de la guerra que odia las armas de fuego.

Cuando ese elemento –la lucha contra las armas de fuego- entre en liza, la novela se desdibuja del todo, tendiendo hacia la abstracción, la irrealidad e inverosimilitud completas.

Posiblemente, la tesis que esconde la novela sobre la inexperiencia de la escritura (?) o la imposibilidad de escribir sobre la guerra sin haberla vivido lastra completamente la historia.

Desaconsejable.

Una pena. ( )