Kirmen Uribe es el escritor tranquilo que nos cuenta muchas historias de la Guerra Civil como esta de los miles de niños vascos que fueron trasladados a diferentes ciudades europeas durante la Guerra Civil. A raíz de este episodio conocemos al escritor belga Robert Mussche, un héroe sin estridencias como la escritura de Uribe.
Robert entra en la resistencia durante la II Guerra Mundial, abandonando así a su mujer y a su hija para ayudar a otra gente. También su amigo Herman Thiery siente su pérdida, además de la culpabilidad por no haberse involucrado tanto en la lucha contra los nazis. Tanto la familia de Mussche, especialmente su hija Carmen, y como su amigo Herman, sufren tanto su pérdida, que Uribe recuerda un poema chino antiguo que dice que si dos personas se quieren mucho, si han estado muy unidas y una de las dos muere, la que muere en realidad es aquella que sigue andando.
La pugna de sentimientos entre el abandono de su familia y amigos y su intervención salvadora de muchas almas es una constante que finalmente se dirime con una frase que Melville escribe en Moby Dick, siempre es más alta la dicha que profunda es la herida.
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En mayo de 1937, miles de niños vascos partieron del puerto de Bilbao rumbo al exilio. Entre ellos se encontraba Karmentxu, una niña de ocho años que fue acogida en Gante, Bélgica, por el escritor Robert Mussche. La vida de Robert cambiará con la llegada de la niña, su implicación en la resistencia durante la Guerra Civil y el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.

En mayo de 1937, tras el bombardeo de Gernika, miles de niños vascos partieron del puerto de Bilbao rumbo al exilio. Entre ellos, Karmentxu, una niña que fue acogida en Gante por el escritor Robert Mussche.

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En mayo de 1937, tras el bombardeo de guernika, miles de niños vascos partieron del puerto de bilbao rumbo al exilio. ( )

Literaturarako grinaz, bizipozez amodioan, Erresistentzian borrokan, kuraiaz presoaldian... Robert Mussche idazlearen izaera eskuzabalak zirrara sortzen du, baina baita larritasuna ere. Kirmen Uriberen bigarren nobela 1937ko maiatzean abiatzen da, milaka haur Santurtziko portutik erbestera atera dituztenean.